Comadre, sé que estás bien enojada conmigo porque el viernes pasado no subí receta mágica… lo sé, me sentí tus vibras de reclamo desde el astral.
Pero te la debía, y una bruja siempre paga sus deudas, así que hoy te traigo una receta que tenía bien guardada en mi grimorio, una joya que preparo solo cuando necesito volver a mi centro: mi sopa de la bruja verde.
Esta no es una sopita cualquiera, no, no. Esta crema de espinacas está tan cargada de poder herbal que parece que te abraza la naturaleza entera con cada cucharada. Es una receta de purificación y renovación, ideal para cuando sientes el cuerpo pesado, el ánimo bajo o la energía medio turbia.
Ingredientes mágicos:
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2 tazas de espinacas frescas (limpian el cuerpo físico y el campo energético, traen vitalidad y claridad mental).
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1 diente de ajo (el gran protector, rompe bloqueos y corta malas vibras).
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1 ramita de romero (para limpiar, abrir caminos y devolver la fe en ti misma).
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5 hojas de albahaca (para atraer suerte, bienestar y equilibrio emocional).
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3 hojitas de menta (refresca la mente, limpia pensamientos negativos y reactiva la energía).
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1 chorrito de crema o leche vegetal (para suavizar y unir todos los elementos).
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Sal y pimienta al gusto.
Preparación mágica:
En una ollita, sofríe el ajo con un poco de aceite hasta que suelte su aroma protector.
Agrega el romero, la albahaca y la menta, y mientras se cocinan, agradece en voz alta por todo lo que estás dejando ir y por todo lo nuevo que está por llegar.
Añade las espinacas y un poco de agua, deja hervir unos minutos y licúa todo junto con la crema o la leche vegetal.
Regresa la mezcla al fuego, sazona y deja que burbujee suave, como un caldero de energía verde.
Sirve la sopa bien caliente y, antes de tomarla, pon tus manos alrededor del plato y di en voz bajita:
“Que esta sopa limpie mi cuerpo y mi espíritu,
que disuelva lo que pesa,
y me devuelva la energía de la vida.”
La magia detrás:
La espinaca es fuerza vital pura, es la clorofila en su máxima expresión, un recordatorio de que perteneces a la tierra.
El ajo quema lo que te contamina, protege y te mantiene con los pies firmes.
El romero purifica y despeja el alma.
La albahaca te eleva la vibra, y la menta te refresca el pensamiento.
Esta receta la preparo una vez al mes, sin falta. Es mi forma de volver a mí, de limpiar la casa interna y recargarme de verde, de vida, de magia.
A veces la acompaño con un poco de pan artesanal y una velita blanca, para sellar la intención de renovación.
Te juro, comadre, que después de comerla siento cómo se me acomoda el cuerpo, se aclara la cabeza y hasta los espíritus que me acompañan suspiran felices.
Porque a veces la magia no viene en frascos o conjuros… viene en una sopa caliente hecha con intención y amor.
