Comadre, a veces, pensamos que la magia solo se trata de velas encendidas, aromas dulces y palabras bonitas que atraen luz, pero la verdad es que la oscuridad también es poder. Dentro de ti existe una parte que quizá no quieras mirar: tus miedos, tus enojos, tus heridas, tus deseos reprimidos. Eso, mi pequeñx brujx, es tu sombra.
La sombra no es tu enemiga. Al contrario, es tu maestra. Trabajar con ella no significa dejarte arrastrar por lo negativo, sino aprender a reconocerlo, honrarlo y transformarlo. La oscuridad es el terreno fértil donde germinan las semillas de tu poder. Negarla es negar una parte de ti; abrazarla es caminar hacia tu verdadera libertad.
Cuando no trabajamos con nuestra sombra, todo lo que reprimimos sale de maneras torcidas: bloqueos, culpas, malas relaciones, cansancio energético. Pero cuando la reconoces, la miras de frente y la integras, entonces ya nadie ni nada puede usarla en tu contra. Eres dueñx de tu propio poder.
Y aquí entra la magia defensiva
La magia defensiva no es atacar ni vivir con miedo, es todo lo contrario:
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Es proteger tu energía para que nadie te robe fuerza vital.
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Es limpiar tu campo y tu hogar de bajas vibraciones.
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Es reconocer tus sombras para que no sean un punto débil.
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Es poner límites energéticos y espirituales.
En mi curso de Magia Defensiva, te enseño justamente esto: a dejar de temerle a la oscuridad y usarla como un escudo. Aprenderás limpias, hechizos de protección, cómo trabajar con hierbas, cómo equilibrar tu energía y cómo blindar tu espacio contra lo que no te pertenece.
La luz es mágica, sí. Pero el verdadero poder está en abrazar también la oscuridad y transformarla en fuerza. Porque tu sombra no es tu cárcel, es tu camino hacia la libertad.
Así que mi pequeñx brujx, cuida tu luz y respeta tu sombra. Juega con la magia que te rodea, aprende a protegerte y recuerda que aquí en El Gato Mágico siempre tendrás un refugio para tu energía, un lugar para crecer, sanar y brillar incluso en los rincones más oscuros. Hasta la próxima, y que tu poder siga creciendo como la luna en su plenitud.
