Sí, sí, mucho pumpkin spice, mucha calabaza y café con especias, pero… ¿y la sanación, comadre? Porque otoño no es solo hojas cayendo y tardes frías: es tiempo de soltar, de dejar ir lo que ya no nos sirve y preparar espacio para lo nuevo. Y una forma deliciosa y mágica de hacerlo es con una infusión de desapego, que no solo calienta el cuerpo sino también el corazón y el alma.
Hacer una infusión mágica en otoño nos ayuda a conectar con nuestra energía interna, reflexionar sobre lo que debemos soltar y limpiar nuestra vibración, todo mientras disfrutamos de un momento de cuidado personal. Es un ritual sencillo pero poderoso: cada sorbo es una oportunidad para soltar culpas, emociones estancadas o vínculos que ya no nos suman. (y si, también te le puse canela, clavo y leche, para que no extrañes tu pumpkin)
Infusión de desapego para otoño
Ingredientes:
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1 taza de agua caliente
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1 ramita de canela
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1 cucharadita de miel o azúcar morena
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1 pizca de clavo o anís (opcional, para potenciar la limpieza energética)
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1 chorrito de lechita para suavizar y nutrir
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Hierbas secas de tu elección para el desapego: lavanda (para calmar la mente), romero (para limpiar energía), manzanilla (para armonizar emociones)
Preparación y ritual:
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Hierve el agua y agrega la canela, la lavanda, el romero y la manzanilla. Deja infusionar unos 5-7 minutos mientras piensas en aquello que quieres soltar.
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Agrega miel o azúcar y la lechita, sintiendo cómo suaviza tu corazón y nutre tu energía.
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Mientras tomas la infusión, visualiza cómo cada sorbo disuelve cargas, emociones negativas o apegos que ya no necesitas, dejando espacio para claridad, paz y nuevos comienzos.
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Opcional: puedes encender una vela blanca cerca mientras tomas tu infusión, para activar la intención y potenciar el efecto mágico de dejar ir.
Tomarte este momento en otoño es un ritual de autocuidado y desapego, que recuerda que soltar no es perder, sino crear espacio para recibir lo que realmente te corresponde. Cada sorbo es un abrazo para tu energía, un recordatorio de que la magia también se encuentra en las pequeñas acciones diarias.
